Devocionales

Formidables y maravillosas son Tus obras

Lisa Leonard 30 de enero de 2019
Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables y maravillosas son Tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. Salmos 139:13-14 (RVR-1995)

Años atrás me encontraba en la unidad intensiva neonatal contemplando mi pequeño bebe. Con solo dos días de haber nacido, contaba con abundante pelo rizado, ojos azules bellísimos y piel perfecta. Recién había sido diagnosticado con el síndrome genético Cornelia de Lange.

Unos días antes, yo había ido a mi cita médica de las 38 semanas y fue allí que todo comenzó a desbaratarse. Me ingresaron al hospital antes de lo previsto y nació mi pequeño bebe. El síndrome de Cornelia Lange puede afectar muchas partes del cuerpo. David pesaba cuatro libras con dos onzas, y tenía tan solo dos dedos en su mano izquierda. Había sido un embarazo tan fácil, pero de pronto todo se derrumbó.

El bebé que habíamos esperado no existía, y el bebé que llevaba en mis brazos era un bebé desconocido, con un futuro lleno de incertidumbre y temor. Mi esposo y yo estábamos destrozados y en duelo. Los pitidos y zumbidos de las máquinas alrededor solo servían para recordarnos que esto era algo nuevo e incierto. Casi no podía darle sentido a lo que estaba ocurriendo.

Sin embargo, sentada allí, le tenía a mi precioso hijo David en mis brazos, contemplando su carita tan bella. Los versículos del Salmo 139 repentinamente cruzaron por mi mente recordándome que "formidables y maravillosas son Tus obras". (Salmo 139:14a)

Aunque no alcanzaba a entender lo que acontecía en mi vida, ni cómo esto se iría desarrollando, sabía con certeza en los rincones más profundos de mi corazón que David era una creación de Dios. Suspiré profundamente, permitiendo que las palabras consoladoras del Salmo 139 hablaran a mi corazón.

Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables y maravillosas son Tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien”. Salmos 139:13-14 (RVR-1995)

Mi bebé no era un error. Él era precioso y amado, formado por Dios, conocido por Dios. Y al asimilar estas verdades, comencé a enamorarme de David y aceptarlo tal como era. Yo veía que él era maravilloso.

Aunque podía entender que David era precioso, muy rara vez veía esta misma verdad en mi persona en medio de tantas cosas demandando mi atención y mi tiempo. Mi mente estaba constantemente enfocada en mis debilidades y mis defectos:

¿Por qué no puedo adelgazar 10 libras?

¿Por qué estoy tan cansada-desorganizada-malhumorada?

¿Por qué no puedo ser una mejor esposa y madre?

¿Por qué no soy suficiente?

¿Por qué no puedo mejorar?

Yo sentía un gran conflicto interno con estas verdades opuestas. Si mi hijo David era amado tal cual era, entonces yo también era amada, pero de veras no lo sentía. Me sentía inadecuada. Me sentía insuficiente.

Había yo luchado por mucho tiempo para comprobar que era suficiente y que merecía ser amada. Traté de ser una persona sin necesidades y sin deseos, creyendo que mis necesidades y deseos no eran tan importantes como las de otras personas. Pero todo ese trabajo y esfuerzo para comprobar mi valor nunca cambió mi corazón.

David me enseñó a conocer lo que es el amor valiente. El amor valiente comienza conmigo, y comienza contigo. El amor valiente significa ser honesta acerca de lo que necesitamos y deseamos. Nos permite ser personas completas y eso incluye nuestros pensamientos, nuestras emociones, y nuestro estado de ánimo. Ese amor valiente es desordenado y complicado pero también trae consigo paz, y nos permite ese lugar de cercanía y profundidad en nuestras relaciones interpersonales.

Así como David, todas somos parte de esa formidable y maravillosa creación de Dios, conocidas por Él y amadas por Él y por esa razón podemos amar con valentía.

Padre Celestial, gracias por crearme tal como soy y permitirme ser yo misma. Tu creación es bella y yo soy parte de ella. No hubo ningún error cuando formaste a David, y no hubo ningún error cuando me formaste a mí. Ayúdame a entender en lo profundo de mi corazón, que soy preciosa y amada por Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

Salmo139:17-18, ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumerara, serían más que la arena. Despierto, y aún estoy contigo. (RVA-2015)

REFLEXIONA Y RESPONDE

¿Qué harás hoy para nutrir tu corazón? ¿Qué harás para vivir como una persona completa que tiene deseos y necesidades?

© 2019 por Lisa Leonard. Todos los derechos reservados.

Proverbs 31 Ministries agradece a Zondervan por patrocinar el devocional de hoy.

Haz click aquí para ver nuestra política sobre los enlaces de terceros..

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

Únete a la conversación

¡Nuestra campaña financiera de fin de año está activa ahora!