Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor». Lucas 1:45 (NBLA)

¿Y si mi esperanza sólo conduce a la desilusión?
¿Y si acojo la alegría sólo para que me la arrebaten de las manos?
¿Y si lo intento pero fallo?

Estas son las preguntas que con frecuencia nos hacemos al mirar fijamente hacia lo desconocido y luchamos con la incertidumbre.

Me imagino que tú, como yo, sabes lo que es encontrarte con tal angustia que te hace dudar en deleitarte en tus días y mirar hacia el futuro con un corazón expectante. Puede ser difícil confiar en las promesas de Dios cuando hemos experimentado dolor. El pesimismo es más fácil. El cinismo es más seguro. Pero la historia de Elisabet y Zacarías en Lucas 1 nos extiende una invitación diferente.

Tanto Elisabet como Zacarías caminaron fielmente con Dios, aún cuando cargaban con la pena y dolor de no poder concebir un hijo. Cuando el ángel Gabriel visitó a Zacarías, Zacarías no pudo liberarse de su duda y acoger las buenas noticias. Como resultado, Dios lo silenció por un periodo de tiempo. (Lucas 1:19-20)

Zacarías había conocido a Dios como Su fuente de consuelo pero no era capaz de confiar en Él como Su fuente de celebración. Él quería pruebas antes de decidir que el alegrarse sería una buena idea.

En contraste, Elisabet inmediatamente recibió el regalo de la gracia de Dios, viendo más allá de su experiencia personal a lo que es posible con Dios (Lucas 1:25, Lucas 1:45). No se dejó enredar por la duda, ni permitió que el temor de lo que pudiese suceder le causara incredulidad en Dios.

¿Honestamente? Yo soy más como Zacarías. Yo añoro un futuro que es cauteloso y con garantías.

Pero, con la ayuda de Dios, estoy creciendo para tener un corazón como Elisabet.

1. Quiero reconocer a Dios tanto en el dolor como en el gozo y no temer celebrar, sabiendo que Dios está presente en ambas experiencias.
2. Me gustaría mirar hacia lo desconocido y elegir preguntarme cómo obrará Dios.
3. Me gustaría decir “sí” a un sueño sin asfixiarlo con ideas sobre todo lo que podría salir mal.
4. Quiero construir planes con posibilidades en vez de problemas.
5. Quiero sentirme sin temor para reír o aclamar en voz alta ante las buenas noticias.

Vale la pena notar que el pesimismo de Zacarías no lo detuvo de la promesa. Aunque Zacarías fue silenciado por un tiempo debido a su duda, Dios fue fiel a Su promesa.

Cuando la esperanza se siente escasa, algunas veces nos preguntamos si necesitamos demostrar un cierto nivel de fe antes de que Dios esté dispuesto a intervenir en nuestras circunstancias y traer avances y sanidad. Es fácil asumir que nuestro dolor es el resultado de algún tipo de fórmula, nuestro fracaso de no ser suficiente: suficientemente buena, suficientemente fuerte, suficientemente valiente.

Pero la fidelidad de Dios hacia nosotras no depende de nuestra fe. Su bondad no funciona según nuestra bondad. Simplemente hay mucho gozo disponible para nosotras cuando confiamos en Dios y le tomamos Su palabra.

Nosotras no tenemos esperanza debido a lo que recibimos. Tenemos esperanza gracias a quien recibimos: la persona y presencia de Cristo Jesús. Sin importar lo que depare el futuro, podemos celebrar que Dios es exactamente quien Él dice ser.

Mirando hacia adelante, ¿permitiremos que nuestro asombro por Dios se amplíe más allá de los límites de nuestra propia imaginación? ¿Mantendremos un corazón expectante, uno que celebre las promesas de Dios en medio de todas las circunstancias? Y cuando enfrentemos la incertidumbre, ¿nos preguntaremos: «¿y si es maravilloso?»?

Padre celestial, gracias por ser fiel a Tus promesas. Gracias por darnos una razón permanente para celebrar en Tu Hijo, Jesucristo. Mientras miramos hacia nuestros futuros, danos el valor para celebrarte y mantener nuestros corazones expectantes. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Profundicemos

Josué 21:45, Y ni una sola de las buenas promesas del SEÑor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra. (NVI)

¿Cuál es una oportunidad en este momento en tu vida para tener un corazón expectante al deleitarte en el carácter y las promesas de Cristo? Comparte con nosotras tu deseo de alegrarte en la sección de comentarios.

© 2022 por Nicole Zasowski. Todos los derechos reservados.

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