Devocionales

La vida es demasiado corta para vivir infeliz

Tracie Miles 25 de noviembre de 2020
Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría. Salmo 90:12 (NTV)

Miré por el espejo retrovisor y vi que un auto grande se dirigía directamente hacia mi auto a una velocidad vertiginosa. Mi corazón y mi mente comenzaron a acelerarse y el pánico se apoderó de mí al instante.

Con miedo en mi voz, comencé a decir en voz alta: “¡Ay no! ¡Ay no! ¡Ay no!" dejando a mi amiga que estaba conmigo inmediatamente desconcertada. Estaba convencida de que en cuestión de segundos íbamos a ser golpeadas por detrás por un auto imprudente que claramente iba a más de 100 millas por hora con mucho tráfico.

Incapaz de cambiar de carril o acelerar debido a los autos en todos lados, hice una mueca y me preparé para el impacto. Solo por la pura gracia de Dios, el conductor no chocó mi auto por literalmente unos dos centímetros mientras patinaba hacia el carril a mi lado, casi chocando con otro auto, las ruedas chirriaban y ardían, llenando el aire con nubes de humo. Continuó entrando y saliendo del tráfico, casi causando más colisiones, luego desapareció rápidamente en la distancia.

Mientras estaba sentada allí, aturdida y retiraba mis dedos que apretaban el volante, mi amiga y yo comenzamos a hablar sobre qué pasaría si nos hubiera chocado. Cómo la vida podría haber cambiado en un instante, o incluso haber terminado, si Dios no hubiera evitado milagrosamente que el conductor chocara mi auto en el último momento.

Pensé en mis preciosos hijos. Mi familia. Cosas aún no hechas. Me preguntaba si me arrepentiría si ese hubiera sido mi último día. Perder el tiempo sintiéndome infeliz por el resultado de la vida es algo que quiero evitar — Dios quiere que disfrutemos la vida que ha diseñado para nosotras.

En Salmo 90:12, el salmista nos recuerda que todos nuestros días están contados y ninguno de nosotros sabe cuántos tendremos: “Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría”. Por lo tanto, todas deberíamos vivir como si este día fuera el último. Si realmente hiciéramos esto, ¿viviríamos de manera diferente? Podríamos:

  • Pensar de manera más positiva.
  • Perdonar más rápido.
  • Salir de nuestra zona de comodidad y hacer lo que Dios nos ha estado llamando a hacer.
  • Empezar esa nueva carrera.
  • Pasar más tiempo con tu familia y amistades.
  • Dedicar más tiempo a nosotras mismas.
  • Divertirnos.
  • Vivir feliz y llenas de Su gozo sin importar lo que venga cada día.

Mientras conducimos en silencio durante un rato, este versículo y esta pregunta continuaron dando vueltas en mi mente. Recordé vívidamente la fragilidad de la vida, así como la importancia de apreciar cada momento que Dios nos ha dado y vivir la vida con un corazón feliz en lugar de uno pesado. Qué vergüenza que desperdiciemos la única vida que tenemos siendo gruñonas todo el tiempo porque permitimos que nuestros problemas y desilusiones nos roben nuestra alegría y cambien nuestro enfoque diario del agradecimiento al descontento.

Ya sea que nos enfrentemos a un divorcio, una enfermedad, dificultades financieras, pérdida de alguien cercano, problemas en las relaciones, desempleo, decepción, sueños aplastados — todavía podemos tomar la decisión intencional de estar agradecidas por la vida que tenemos, incluso si se ve diferente de lo que queremos. Todavía podemos decidir disfrutar la vida que Dios nos ha dado y recordar agradecerle por lo que tenemos todos los días, en lugar de enfocarnos en lo que no tenemos. Todavía podemos elegir ser felices, a pesar de nuestras circunstancias.

El tiempo es precioso. Necesitamos usar el tiempo que tenemos en esta vida sabiamente y comprometernos a despertar cada día con el gozo de Cristo en nuestros corazones y una sonrisa en nuestros rostros.

Señor, me he permitido entrar en un patrón de infelicidad debido a mis circunstancias, a pesar de que me has dado tantas bendiciones que a menudo doy por sentado. Perdona mi ingratitud. Ayúdame a aceptar Tus dones de verdadera alegría y paz y ayúdame a recordar elegir la felicidad todos los días. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. (NVI)

 

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Reflexiona y responde

¿Cómo podrías vivir la vida de manera diferente si te despertaras cada mañana con una sonrisa y un corazón feliz, a pesar de lo que pueda suceder ese día?

¿Qué pasos puedes tomar para cambiar tu actitud y acoger una vida de felicidad en lugar de desánimo, incluso si tus circunstancias siguen siendo las mismas? Déjanos saber en los comentarios.

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Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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