Devocionales

Fingir que estoy bien o demostrar que tengo la razón

Lysa TerKeurst 12 de noviembre de 2020
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera. Santiago 3:17 (NVI)

Si alguien dice o hace algo que me hiere, ¿cuál es la respuesta que agrada a Dios? ¿Es fingir que todo está bien para poder mantener la paz? ¿O es confrontar a la persona para probar lo equivocada que está?

Estoy aprendiendo que en realidad no es ninguna de las dos cosas.

Si alguna vez me encuentro a mí misma pretendiendo o comprobando algo, sé que estoy procesando mi dolor de la manera equivocada.

Abordar esta situación de una manera que agrada a Dios es con integridad de alma - respondiendo de una manera honesta pero también pacificadora. Santiago 3:17 dice: “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica..." Sí, quiero este tipo de sabiduría - integridad del alma. Quiero ser honesta y pacificadora al mismo tiempo. Pero ¿cómo?

El solo hecho de darme cuenta de esto puede ayudarme a progresar. Después de todo, los sentimientos heridos no suelen querer cooperar con las instrucciones sagradas.

Honestidad real.

No todas las expresiones honestas de mis sentimientos pueden ser categorizadas como "saludables". Verás que mis sentimientos honestos pueden no ser evaluaciones verdaderas de la situación. Puedo ser honesta con lo que siento y aún así exagerar o malinterpretar lo que es realmente cierto. Puedo sentirme justificada al ser franca sobre mis sentimientos y no retener nada pensando, "Sólo estoy siendo fiel a mí misma". Pero si no estoy siendo fiel a mi yo más sano, entonces podría agravar el dolor de todos.

La honestidad que no se rinde ante la verdad no es honestidad en absoluto. Podría ser sólo un derrame emocional. Por eso necesitamos una honestidad pacificadora, una honestidad dominada por el Espíritu Santo, si queremos tener auténtica integridad del alma.

Entonces, si quiero honestidad real, tengo que pedirle al Espíritu Santo que me muestre la verdad real. Necesito ver las cosas desde la perspectiva de la otra persona. Necesito hacer preguntas con el deseo de entender mejor en lugar de tirar declaraciones de acusación. Por último, mi objetivo debería ser añadir la pacificación a mi honestidad.

Una verdadera pacificación

Debe entristecer a Dios ver las versiones plásticas de la pacificación que no están regidas por la honestidad. Eso es lo que hacemos cuando reprimimos nuestras emociones y fingimos que todo está bien. El lado bueno de reprimir es que tenemos la apariencia de ser pacificadoras. Pero cuando lo hacemos a expensas de la honestidad, alojamos una amargura corrosiva que eventualmente surgirá. O bien puede erosionar nuestra salud y más tarde presentarse en una serie de enfermedades emocionales y físicas inducidas por la ansiedad, o puede acumularse con el tiempo y sorprender a todo el mundo cuando la pacificadora finalmente erupciona. Decir "estoy bien" para mantener la paz cuando no estamos realmente bien, levanta muros y cierra la intimidad.

A veces, la deshonestidad viene en forma de decir cosas que no son verdad. Pero también es deshonesto cuando fingimos estar bien cuando secretamente hierve a fuego lento el resentimiento.

Puede parecer agradable a Dios en el momento, pero es un actuar falsamente santo. La verdad y el actuar en santidad siempre van de la mano. En el momento en que divorciamos una de la otra, nos desviamos de la integridad del alma y damos un punto de apoyo a la inestabilidad que inevitablemente lleva a que nos desabaretemos.

Sí, buscamos la integridad del alma, la honestidad que también es la pacificadora y que lleva a la santidad. Esta integridad del alma trae un equilibrio a las reacciones desbaratadas. Nos convierte en verdaderas pacificadoras - personas que no están comprobando o fingiendo, sino más bien, demostrando honestamente lo que experimentan de una manera que agrada a Dios.

Nada de esto es fácil. Nada de esto es ordenado. Pero estoy convencida de que reacciones mejores pueden llevar a mejores relaciones.

Amado Señor, sólo a través de Ti puedo poner todas mis explosiones y represiones bajo Tu autoridad y Verdad. Gracias por tu Espíritu Santo que me da sabiduría y me ayuda a tener reacciones mejores. Ayúdame a apoyarme en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

2 Corintios 13:11, En fin, hermanos, alégrense, busquen su restauración, hagan caso de mi exhortación, sean de un mismo sentir, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes. (NVI)

Santiago 3:18, En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. (NVI)

Recursos Adicionales

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Sin invitación
Emociones fuertes decisiones sabias
Cuando las mujeres le dicen sí a Dios
Fui Hecha para desear

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© 2020 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.

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