Devocionales

La bondad de Dios no se suspende

Lysa TerKeurst 19 de marzo de 2020
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Colosenses 3:15-16 (NVI)

Mucho de lo que sale en el noticiero estos días no pareciera ser de la vida real; en realidad nos hace sentir como si estuviéramos viendo una película de Hollywood.

No solo se ha dispersado el COVID-19 por todo el mundo en niveles que baten record, pero también se ha dispersado por nuestras realidades diarias y ha hecho variar muchas cosas para tantas personas. Debido al potencial con que amenaza a las vidas, el distanciamiento social y la suspensión de concurrencias son precauciones necesarias. Queremos hacer lo correcto, así que le estamos haciendo caso a las autoridades y prestando mucha atención a las actualizaciones y conferencias de prensa.

Aunque todo esto es necesario, también es estremecedor.

Es como si la vida se haya frenado de un golpe y todos seguimos tambaleando del latigazo.

Lo cierto es que, al fin y al cabo, lo más importante es salvar vidas. Pero necesitamos ser capaces de procesar algunas emociones en el medio de todos estos cambios repentinos. Una de esas es el sentimiento muy real de la desilusión. Luego nos preocupa que el simple hecho de expresar nuestra desilusión podría dar la impresión ante a los demás que somos quejosas en el meollo de la seriedad de este virus.

Quiero que sepas que el procesar nuestras desilusiones no solo es aceptable … es espiritualmente necesario. Cuando procesas tu dolor con el fin de obtener una mejor perspectiva, no significa que no estés tomando en serio el dolor real de la otra persona.

Así que, en primer lugar, no importa lo que estés enfrentando hoy, vale la pena llevarlo ante el Señor y pedirle Su ayuda. En segundo lugar, extendémonos gracia la una a la otra ya que todas estamos tratando de navegar miedos, dificultades, y desilusiones… todo inesperado. El distanciamiento social no significa que nos distanciamos de ofrecernos gracia la una a la otra.

Con ese mensaje tocando como un himno de fondo … procesemos lo que estamos enfrentando.

La semana pasada tuve que ayudar a una amiga a lidiar con la suspensión de su boda. Otras amistades están tratando de resolver cómo ganar suficiente dinero para sobrevivir ya que recibieron la noticia que su fuente de trabajo tenía que cerrarse. Los que no recibimos pago cuando no podemos llegar al trabajo estamos viendo realidades financieras atemorizantes. Las escuelas están cerradas. Se han suspendido graduaciones y reuniones familiares. Las empresas grandes y pequeñas están experimentando realidades financieras que algunos temen no podrán superar. Todo lo que imaginamos estar haciendo en esta estación del año se ve tremendamente diferente a lo que esperábamos y los sentimientos de pérdida son reales.

Y ¿qué hacemos con ello? Como cristianas, ¿cómo fijamos nuestras mentes y nuestros corazones en las cosas de arriba cuando tenemos de frente realidades que asustan?

Estas son algunas cosas que anoté en mi diario que me están ayudando:

1. Pon la desilusión en contexto al recordar lo que sí tienes para que no seas consumida por lo que se te ha quitado.

Muchísimas de ustedes están obligadas a suspender o posponer eventos importantes de la vida en este momento, y eso es sumamente difícil. Es una experiencia increíblemente emocional cuando has soñado, planificado e invertido tanto en lo que pensabas que sería una expectativa muy normal.

Pero acuérdate que la diversión no ha sido suspendida.

El amor no ha sido suspendido.

Ser buena con otras personas no ha sido suspendido.

El aprender y crecer y madurar no ha sido suspendido.

Usa este tiempo para poner en contexto lo que más importa y elige celebrar de maneras creativas.

Recuerdo haberles dicho a mis hijas antes de sus bodas: Espera lo inesperado y date cuenta de que no puedes controlar lo incontrolable. Pero no necesitas perder el control con lo inesperado. Tú traes al día de tu boda lo que deseas para tu matrimonio. Traes amor. Traes belleza. Traes diversión. Traes una atmósfera de gozo y paz. Así que trae lo hermoso a tu día y será maravilloso.

Pero si traes temor y pavor y toneladas de decepción porque las cosas se ven diferentes a lo que pensabas, llenarás tu día con eso. Tu corazón es un lugar demasiado bello como para permitir que las tácticas del enemigo lo tiñan. Así que no permitas que lo haga.

Esto puede ser una postergación. Esto puede ser una distracción. Esto aún puede ser devastador por una temporada. Pero esto no es tu destino final. Recuerda que aunque el COVID-19 haya suspendido muchos eventos, no ha suspendido la bondad de Dios. Descansa en eso, regocíjate en eso y deja que esa verdad te consuele.

2. Recuerda quién es Dios y usa eso para encontrar gratitud en medio de tu desilusión.

Dios es protector: Él está protegiéndote de algo que no puedes ver.

Dios es proveedor: Él está proveyendo algo. Solo tienes que buscarlo. El hecho de que Su provisión sea diferente no significa que deja de ser bueno.

Dios está presente: Aun cuando otros se ausenten. Dios hace cosas increíbles sin ser visto.

Dios es fiel: Pon lo que se haya quitado de tu vida en manos de Dios. Dáselo a Él como sacrificio tuyo. Porque Dios va a redimir todo lo que voluntariamente colocamos en Sus manos. Una vez dijo Martin Lutero, «He tenido muchas cosas en mis manos y las he perdido todas. Pero las que he puesto en las manos de Dios, aún las poseo».

3. Las desilusiones frecuentemente van de la mano con el temor al futuro.

Podría ser tan fácil permitir que las desilusiones de hoy te hagan esperar lo peor para el mañana. Estoy desafiándome a no dejar que mi mente corra demasiado lejos hacia un futuro incierto. Solo me queda tomar las decisiones más responsables que pueda hacer hoy y poner el resto en las manos de Dios. Mi rol es obedecer a Dios. El rol de Dios es ocuparse de todo lo demás. Puede ser que tenga miedo pero no tengo que vivir miedosa.

Llegó el tiempo de alimentar tu fe y energizar tus perspectivas saludables. Decide hoy lo que gobernará en tu corazón y proclama en voz alta: «Desilusiones decepcionantes y miedo cegador, no se te da el lugar de ser mi dictador … yo soy gobernada por la paz de Cristo y usaré Su Verdad para poner en contexto todo lo que veo».

Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. (Colosenses 3:15-16)

VERDAD PARA HOY

Juan 16:33, Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (NVI)

RECURSOS ADICIONALES

Es importante conocer tu capacidad para ver las noticias, pero también saber cuándo es el momento de leer y ver otras cosas para procesar todo con la Escritura y aliento.

Es por eso que quiero ofrecerte un recurso gratuito hoy: La introducción y los primeros tres capítulos de mi libro, No debería ser así: saca fuerzas cuando te sientas vencida. Haz click aquí para acceder a este recurso.

REFLEXIONA Y RESPONDE

A la luz de las pérdidas que estamos sosteniendo, agradezcamos a Dios por lo que aún sigue en nuestra posesión. Deja un comentario y animemos la una a la otra con recordatorios de la bondad de Dios.

© 2020 por Lysa TerKeurst. Derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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